Origen del café

El café fue descubierto en el siglo XV, en los territorios de África oriental que hoy ocupan Etiopía y Sudán, específicamente en la región conocida como abisinia. De estas regiones pasó rápidamente a Yemen, país del sur de Arabia en donde su cultivo alcanzó tal desarrollo que se llegó a creer que era originario de esa región. El propio Carlos de linneo, autor de una clasificación de plantas, llamó a ésta coffea arábica. Los turcos que durante muchos años dominaron en Arabia, llamaron cahvé al cocimiento de sus granos.

Figura 2. Países de origen del café

En el siglo XVI el cultivo del café se difundió por otros países de África y Asia. A principios del siglo XVII fue introducido a Europa por venecianos y holandeses, que sostenían un importante tráfico marítimo con los otomanos, yendo a la ciudad de Constantinopla donde, se supone, tuvieron contacto con el café. En 1699 llegaron algunos cafetos a holanda, mismos que fueron plantados en un jardín botánico de Amsterdam, de donde, se cree, pasaron a Francia alrededor de 1713.

Al continente americano el café llegó en el siglo XVII, cuando, entre 1718 y 1720 los holandeses lo introdujeron a las Guyanas holandesa y francesa.

Posteriormente una planta fue llevada a la isla antillana de Martinica y de allí se distribuyó por las Antillas mayores, Centroamérica y México. Igualmente, de la Guyana francesa fue llevado en 1727 a brasil, introduciéndose por la provincia de para, de donde se extendió a otras provincias; sin embargo fue hasta 1820 cuando se intensificó el cultivo y comenzó a ser la principal riqueza de ese país. Actualmente la región de Latinoamérica es la mayor productora mundial de café.

El grano se produce en 56 países tropicales y se consume en todo el mundo, principalmente en la zonas templadas y frías. Tres países (Brasil, Colombia e Indonesia) aportan poco mas del 50% de la producción mundial, mientras que los 53 restantes, en forma desigual contribuyen a completar el 100%. 


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